Los más grandes, generalmente los más altos, pero con un aura de niño que acompaña a la mujer y el hombre en el que se han convertido, hoy nos dejan.  Pasarán por última vez por esa puerta escolar.

Con un dejo de nostalgia, con cariño y por sobre todo, con deseos de logros en lo que se propongan, despedimos a nuestro cuarto año medio.  Mujeres y hombres que se abrirán camino en la vida, esa vida que los invita a vivirla.

Sean imaginativos, sean inquisitivos, sean resilientes, pero siempre caminen de la mano de aquel niño que fueron y que los formó en lo que hoy son.

Éxito y alegrías en lo que viene.